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Estrategias para lidiar con uno de los síntomas más comunes de la Esclerosis Múltiple (EM)

La fatiga es uno de los síntomas más comunes y debilitantes de la Esclerosis Múltiple (EM). Esta fatiga no es el cansancio cotidiano que todos experimentamos; es un agotamiento extremo que puede afectar a personas con EM incluso después de descansar. La fatiga en la EM puede interferir con la vida diaria, dificultando las actividades laborales, sociales y familiares.

A continuación, te comparto algunas estrategias prácticas para gestionar la fatiga asociada a la EM:

1. Comprender la Fatiga

  • ¿Qué la causa?: La fatiga puede ser consecuencia directa de la EM, ya que el cuerpo debe esforzarse más para realizar tareas diarias debido a la desmielinización (daño en las vainas de mielina que recubren los nervios). También puede estar relacionada con otros factores, como problemas para dormir, infecciones, efectos secundarios de medicamentos o dificultades emocionales.
  • Reconoce tus desencadenantes: Lleva un diario para identificar patrones de fatiga. Esto puede ayudarte a descubrir qué actividades o momentos del día te agotan más y cuándo es mejor tomar descansos.

2. Planificación y Organización

  • Prioriza tus actividades: Identifica las tareas que son más importantes y enfócate en ellas. Evita gastar energía en actividades innecesarias o que puedas delegar.
  • Divide tareas en pequeños pasos: En lugar de hacer todo de una vez, divídelas en partes más manejables. Tomar descansos entre cada tarea ayudará a conservar energía.
  • Usa un horario flexible: Trata de organizar las tareas más demandantes durante los momentos en los que tienes más energía, generalmente por la mañana.
  • Programa descansos regulares: Establece tiempos específicos para descansar antes de sentirte agotado. A veces, descansar antes de estar extremadamente cansado puede ayudar a evitar la fatiga severa.

3. Técnicas de Conservación de Energía

  • Simplifica tu entorno: Minimiza las distracciones y crea un ambiente de trabajo o de casa más eficiente. Tener herramientas y objetos a mano reduce la necesidad de moverte constantemente.
  • Optimiza la movilidad: Si el caminar largas distancias te agota, usa ayudas como sillas de ruedas, andadores o scooters eléctricos para conservar energía en actividades importantes.
  • Adapta tus actividades: Encuentra maneras de realizar tus actividades favoritas de forma menos agotadora. Por ejemplo, si te cansa estar de pie, realiza tareas sentado o usando sillas con soporte.

4. Mantén una Rutina de Ejercicio

  • Haz ejercicio de manera regular: Aunque pueda parecer contradictorio, un programa de ejercicios adecuado y controlado puede reducir la fatiga a largo plazo. El ejercicio ligero, como caminar, nadar o el yoga, puede aumentar la resistencia y mejorar el ánimo.
  • Consulta a un fisioterapeuta: Un especialista puede recomendarte ejercicios específicos para fortalecer los músculos y mejorar tu energía sin causar agotamiento.

5. Mejora la Calidad del Sueño

  • Establece una rutina de sueño: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días. La regularidad en el sueño puede mejorar tu energía durante el día.
  • Crea un ambiente de descanso: Mantén tu dormitorio oscuro, fresco y libre de ruidos para facilitar el sueño profundo.
  • Evita estimulantes antes de dormir: Limita el consumo de cafeína, alcohol y comidas pesadas antes de acostarte, ya que pueden interferir con la calidad del sueño.

6. Controla el Estrés y las Emociones

  • Maneja el estrés: La fatiga a menudo se agrava por el estrés emocional o físico. Técnicas como la meditación, la respiración profunda y el mindfulness pueden ayudarte a manejar el estrés diario.
  • Habla sobre tus emociones: Las preocupaciones y el estrés pueden contribuir a la fatiga. Habla con amigos, familiares o un terapeuta sobre lo que estás sintiendo.
  • Busca apoyo emocional: Participar en grupos de apoyo para personas con EM puede brindarte un espacio para compartir tus experiencias y aprender de los demás.

7. Revisa tus Medicamentos

  • Consulta con tu médico: Algunos medicamentos para la EM pueden contribuir a la fatiga. Si sientes que tus tratamientos empeoran este síntoma, habla con tu neurólogo. Existen tratamientos específicos que pueden ayudar a reducir la fatiga en personas con EM, como ciertos estimulantes.
  • Controla las infecciones y otros síntomas: Si sufres infecciones urinarias o cualquier otra afección común en la EM, trata de controlarlas rápidamente, ya que también pueden contribuir a la fatiga.

8. Adopta una Dieta Saludable

  • Alimentación equilibrada: Mantén una dieta rica en nutrientes, con un equilibrio de proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Evita alimentos procesados o ricos en azúcar, ya que pueden provocar picos y caídas en tu energía.
  • Hidrátate adecuadamente: La deshidratación puede empeorar la fatiga. Asegúrate de beber suficiente agua durante el día.
  • Pequeñas comidas frecuentes: En lugar de grandes comidas que pueden hacerte sentir pesado o somnoliento, intenta comer pequeñas porciones de alimentos saludables a lo largo del día.

9. Considera Terapias Complementarias

  • Fisioterapia ocupacional: Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a desarrollar estrategias para gestionar mejor tu energía durante el día, así como sugerir herramientas adaptativas.
  • Terapias alternativas: Algunas personas con EM encuentran útil complementar su tratamiento con terapias como la acupuntura, masajes o hidroterapia, que pueden ayudar a aliviar la fatiga y otros síntomas.

10. Comunicación con tu entorno

  • Habla con tu familia y amigos: A menudo, las personas a tu alrededor no entienden el nivel de fatiga que sientes. Explicarles cómo te afecta la EM puede ayudarte a recibir el apoyo que necesitas.
  • Ajusta expectativas laborales: Si trabajas, considera hablar con tu empleador sobre posibles ajustes en tu jornada laboral o las condiciones de trabajo que te permitan ser más eficiente y reducir el agotamiento.

La fatiga es un síntoma común en la Esclerosis Múltiple, pero existen muchas estrategias que puedes aplicar para gestionarla y mejorar tu calidad de vida. Escucha a tu cuerpo, prioriza tus actividades y no dudes en buscar apoyo cuando lo necesites. Recuerda que gestionar la fatiga no significa renunciar a tus actividades, sino aprender a realizarlas de manera más eficiente y adaptada a tus necesidades.

Estas estrategias pueden ayudarte a conservar energía y a disfrutar de una vida activa y equilibrada, a pesar de los desafíos que presenta la fatiga en la EM.